Puta madre, estaba sentado en la cama. Muy asustado, no sé qué estaba soñando. Mal desperté dominado por un terror apenas aguantable. Todo estaba en orden, es decir, como lo dejamos anoche y cada objeto fuera de su lugar me consolaba como si eso definiera que esto era lo real, por esos objetos fuera de su lugar. Miré el vaso de vodka grasoso de dedos, el bulto de formas femeninas, las cortinas como si alguien las hubiera manoteado. El corazón demasiado rápido, la sensación de liquidez de mis piernas y una especie de certeza en mi cabeza pulsando su razón de ser y yo tratando de encontrar mis lentes de contacto. Me cargué la cabeza y dejé caer una baba larga y elástica hasta la alfombra para tranquilizarme más aún y despejar esa certeza de mi cabeza que parecía el umbral hacia el terror. Me pegué un trancazo con mi puño en la frente y reconocí mi espanto: tuve un error de cálculo. Todo se me cayó pero atrapé el punto del error. Ahí estaba. Aunque se derrumbaba toda mi teoría a partir de ese error, una teoría de años, me reconfortó nombrar mi sensación. Pensé inadecuadamente. Eso es, pensé inadecuadamente….
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