lunes, 11 de febrero de 2013

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Tal vez, cuando en algún día de tu vida, cuando llegues a un determinado golpe de conciencia por el cual hayas podido medir lo real; tal vez, ese día, el día en el que concebiste y pensaste los condicionamientos de estar horrorosamente vivo porque ello te dio la dimensión de las cosas; tal vez ese día puedas decir que es imposible que puedas morir. Porque morir es desaparecer, es decir no estar de ninguna manera en lo que es Real. Pero si el calibre de tu golpe de conciencia te ha permitido adoptar una posición fluida en la expansión interminable del ser, movimiento que va en sentido contrario a la línea del tiempo y transcurre en todo momento, hacia todos lados, conteniendo su manifestación permanente, esa monstruosidad que todo lo reúne y lo comprehende; entonces en ese punto has conseguido la intemporalidad y retirado todos los condicionamientos que van a deteriorar sin remedio a tu cuerpo.