Tal vez, cuando en
algún día de tu vida, cuando llegues a un determinado golpe de conciencia por
el cual hayas podido medir lo real; tal vez, ese día, el día en el que
concebiste y pensaste los
condicionamientos de estar horrorosamente vivo porque ello te dio la dimensión
de las cosas; tal vez ese día puedas decir que es imposible que puedas morir.
Porque morir es desaparecer, es decir no estar de ninguna manera en lo que es
Real. Pero si el calibre de tu golpe de conciencia te ha permitido adoptar una
posición fluida en la expansión interminable del ser, movimiento que va en
sentido contrario a la línea del tiempo y transcurre en todo momento, hacia
todos lados, conteniendo su manifestación permanente, esa monstruosidad que todo
lo reúne y lo comprehende; entonces en ese punto has conseguido la
intemporalidad y retirado todos los condicionamientos que van a deteriorar sin
remedio a tu cuerpo.
lunes, 11 de febrero de 2013
106
Los cuatro sueños. Uno:
En el sueño, con la conciencia temerosa y entre oscuridad, encontré a mi mujer
dormida en la cama de mis padres. Dos: Tengo relaciones carnales con mi hermano
y todo transcurría con extrañeza y fatalidad. Tres: Encuentro unas joyas
extraviadas en la parte oculta de los cajones de un trinchador de mi abuela.
Estaba seguro de que se pondría muy contenta de mi hallazgo ya que se veían muy
bien trabajadas, muy valiosas, como de oro. Cuatro: una mujer con la que tuve
una relación me presume de su próxima boda con un hombre de ojos hermosos.
105
Dibujar una escena
fundamental: el ser golpeado por su madre. La imagen debe expresar una especie
de continuidad de modo que quien lo vea sienta que lo golpeado es continuamente
golpeado. Prescindir de una representación figurativa: pellizcones a un menor
hasta arrancar un trozo de piel. La cara del niño de consternación que
experimenta un dolor desconocido. No. Dibujar algo así: el cuerpo del hijo
contiene y es límite de la expresión violenta de su madre que en un acto de
paroxismo histérico halla en el hijo un límite. El cuerpo psíquico del niño es
la contención de la mujer. El cuerpo físico no existe, es un entorno materno,
una coloración, un hasta aquí, un perímetro territorial que se asume como tal a
modo de contrato-permiso de ser golpeado sin moderación, sin pensar en
consecuencia y de gozar el acto de violencia. Poco color. Algo que de tan
abstracto confunda.
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